Al son del chan chan comienzo este post y comparto con ustedes las sensaciones que brinda al espíritu una ciudad única en su tipo como es La Habana.
Una ciudad única por su gente, por su arquitectura, por su ritmo, por su espíritu.... Entrar en La Habana es entrar a un mundo dentro de latinoamérica, un mundo que sin duda todos desconocemos.
Sus casi dos millones y medio de habitantes viven entre la dignidad y el deseo. Entre la necesidad y la algarabía, entre la felicidad y el desencanto. Cada amanecer es un nuevo día de lucha: de lucha por soñar una Cuba mejor y de lucha por avanzar esas agujas del reloj que a veces parecen desplazarse tan lentamente.
La Habana es una ciudad en la que muchas de sus calles el tiempo se detuvo. Se detuvo para demostrarnos la total humanidad de sus esquinas no paran de latir. Cada moldura, cada ladrillo, cada lugar tiene mil historias que hay que aprender a escuchar, que hay que aprender a sentir.
Asi se vive en La Habana, estas son algunas de sus calles, esta es su gente, así se la siente, así la viví yo.....
Caminando por El Malecón (la costanera de La Habana) uno puede encontrarse con la más variada galería de paisajes y personajes. En este caso nos cruzamos con una pareja de novios que se encontraban filmando el video de su casamiento. O podía ser un comercial para la TV cubana o podía ser cualquier otra cosa que imaginemos. En cada cuadra una sorpresa diferente.
En Cuba predominan los autos antiguos. Estos modelos son los que se usaban en La Habana en el momento de la Revolución y son los únicos autorizados para la compra y venta entre particulares. Los autos más modernos no se pueden vender y sólo se encuentran reservados a notables de la cultura, figuras deportivas o altos funcionarios del PC.
Esto es apenas una parte de lo que serán varias entregas sobre este maravilloso viaje y todo lo que aún resta compartir... Saludos y hasta el próximo post.
Una ciudad única por su gente, por su arquitectura, por su ritmo, por su espíritu.... Entrar en La Habana es entrar a un mundo dentro de latinoamérica, un mundo que sin duda todos desconocemos.
Sus casi dos millones y medio de habitantes viven entre la dignidad y el deseo. Entre la necesidad y la algarabía, entre la felicidad y el desencanto. Cada amanecer es un nuevo día de lucha: de lucha por soñar una Cuba mejor y de lucha por avanzar esas agujas del reloj que a veces parecen desplazarse tan lentamente.
La Habana es una ciudad en la que muchas de sus calles el tiempo se detuvo. Se detuvo para demostrarnos la total humanidad de sus esquinas no paran de latir. Cada moldura, cada ladrillo, cada lugar tiene mil historias que hay que aprender a escuchar, que hay que aprender a sentir.
Asi se vive en La Habana, estas son algunas de sus calles, esta es su gente, así se la siente, así la viví yo.....
Caminando por El Malecón (la costanera de La Habana) uno puede encontrarse con la más variada galería de paisajes y personajes. En este caso nos cruzamos con una pareja de novios que se encontraban filmando el video de su casamiento. O podía ser un comercial para la TV cubana o podía ser cualquier otra cosa que imaginemos. En cada cuadra una sorpresa diferente.
En Cuba predominan los autos antiguos. Estos modelos son los que se usaban en La Habana en el momento de la Revolución y son los únicos autorizados para la compra y venta entre particulares. Los autos más modernos no se pueden vender y sólo se encuentran reservados a notables de la cultura, figuras deportivas o altos funcionarios del PC.
Esto es apenas una parte de lo que serán varias entregas sobre este maravilloso viaje y todo lo que aún resta compartir... Saludos y hasta el próximo post.
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