Glosario

He definido crear esta sección con el objetivo de resumir cualquier tipo de duda técnica que vaya surgiendo a medida que avance el blog, por ello quizás no será muy ordenado. Pero a la vez, vale aclarar, que será un espacio en el cual texto e imágenes no seran propias, sino con fuentes citadas. Esto es debido a que técnicamente existen personas mucho mejor preparadas que yo para dar las explicaciones concretas de cada caso. Espero que les sea de utilidad:

SENSIBILIDAD ISO
La sensibilidad ISO marca la cantidad de luz que necesita nuestra cámara para hacer una fotografía. Este concepto, que viene arrastrado de la fotografía convencional, se mantiene en la fotografía digital, aunque sus fundamentos son algo diferentes.
Para explicar bien la Sensibilidad ISO es necesario definir la relación entre Señal y Ruido en la cámara digital. Señal es toda información significativa para construir un mensaje. Ruído es cualquier otro dato que acompañe a la señal dificultando su transmisión, almacenamiento y comprensión
En las cámaras digitales, el sensor o CCD es el chip encargado de la captura de la imagen. Está compuesto por una malla de miles de celdas fotosensibles en las que se recibe la imagen formada por el lente.
Cada una de esas celdas genera una corriente eléctrica en presencia de la luz. Esa corriente eléctrica será luego convertida en datos numéricos que se almacenarán en forma digital binaria en la memoria de la cámara dando origen a un píxel.
Cada una de esas celdas genera una cantidad más o menos fija de corriente eléctrica (y por lo tanto de datos) al azar, aún en ausencia de la luz y en relación a la temperatura.
La mayor calidad de imagen con una cámara digital se obtendrá usándola a su menor sensibilidad ISO equivalente.
El uso de sensibilidades ISO mayores se traducirá en un aumento de pixeles distribuidos al azar, principalmente en las zonas de sombra de la imagen. El ruido, a diferencia del grano, no será proporcional en toda la imagen, sino que se manifestará de forma más evidente en las zonas oscuras.
El ruido se manifiesta más en alguno canales que en otros. Normalmente el canal azul suele ser el que contiene más ruido. Se puede editar este canal posteriormente con algún programa de edición para reducir el ruido mediante una aplicación de filtros.
Pero cuidado: es fundamental realizar una correcta exposición en nuestra foto indiependientemente del ISO que tengamos seleccionado, ya que utilizar ISOs bajos a costa de subexponer en exceso una foto puede dar como resultado fotos de peor calidad que las equivalentes bien expuestas con ISOS más altos.
La sensibilidad de cada uno de los elementos del sensor es fija, con un valor aproximado equivalente a 100 ISO. Los índices ISO superiores que nos ofrece la cámara digital se logran no por un incremento en la sensibilidad de los elementos captores, sino por una amplificación posterior de la señal que estos emiten.
Como estos elementos tienen una emisión de señal de base mas o menos fija, al capturar una señal lumínica débil y amplificarla, estamos amplificando también una buena porción de la emisión de datos aleatoria del chip, con lo que se mezclará una cantidad de señal aleatoria sin contenido a la señal correspondiente a la imagen


DIAFRAGMA

El valor de luminosidad indicado en números f/ es válido, para todas las cámaras, formatos y objetivos. De esta manera, la medida de la luminosidad de una escena, ofrecida por un fotómetro en números f/, se puede extrapolar a cualquier equipo fotográfico, ya que su valor es universal.
Si utilizamos un teleobjetivo de 400 mm. de distancia focal, con una abertura efectiva de 100 mm. de diámetro y un teleobjetivo de 200 mm. con una abertura de 50 mm., encontraremos que ambos ofrecen la misma luminosidad, que será 1/4 de la distancia focal, esto se abrevia representándose f/4. 
Por tanto la LUMINOSIDAD de un objetivo ó NUMERO F, es el cociente entre su distancia focal y el diámetro de su abertura. 
Como vimos al principio, los dos parámetros que controlan el valor de exposición en fotografía son el tiempo de exposición a la luz y su intensidad.
En una cámara, el mecanismo que controla el tiempo de exposición es el OBTURADOR y el que regula la intensidad de la luz se denomina DIAFRAGMA, que actúa estrechando el cono de luz que penetra por el objetivo.

Inicialmente se emplearon simples láminas taladradas con agujeros de distinto diámetro, independientes, o agrupadas en un tambor giratorio. Hoy en día todas las cámaras de calidad van equipadas con un DIAFRAGMA DE IRIS, que está formado por un conjunto de laminillas, situadas en el interior del objetivo, que se cierran formando un abertura poligonal más o menos circular. Las cámaras automáticas pueden cerrar el diafragma a un valor standard correcto, el mismo que les dicta el fotómetro, sólo con presionar el botón de disparo.
Si intentamos estandarizar una serie de aberturas hemos de recordar que, según la ley del cuadrado inverso, si cerramos la abertura del diafragma a la mitad, la luminosidad se reduce, no a la mitad, sino a la cuarta parte. Una serie así, que redujese cada paso el diámetro a la mitad, podría ser:

f/1 - f/2 - f/4 - f/8 - f/16 - f/32 .... 

El problema de esta es que los saltos entre punto y punto cuadruplican la luminosidad. En la práctica resulta más conveniente que la luz se vaya reduciendo en pasos de 1/2, en vez de 1/4; para ello, el diámetro, en vez de seguir una progresión de razón 2, sigue la de la raíz de 2, es decir 1,4.
Actualmente se ha adoptado esta escala como standard de valores de luminosidad para cada una de las posiciones a que puede cerrarse el diafragma sea universal para todos los formatos y objetivos.


f/1 - f/1,4 - f/2 - f/2,8 - f/4 - f/5,6 - f/8 - f/11 - f/16 - f/22 - f/32 .... 

Esta escala y la de tiempos prácticamente son las únicas que el fotógrafo debe memorizar; y es importante comprender desde el principio que cuanto más bajo sea el número f, mayor es su luminosidad y que cuanto más cerrado está el diafragma, mayor es su número f.
El diafragma tiene además de controlar la iluminación, otra importantísima función: graduar la profundidad de campo de la escena. 

Fuente: http://www.difo.uah.es/ 

 
OBTURADOR
La exposición es una de las fases fundamentales del proceso fotográfico, y está determinada por la intensidad luminosa, que controla el diafragma y el tiempo de exposición, regulado por el obturador.
La evolución de los obturadores ha ido pareja a la de las emulsiones sensibles. Las primeras emulsiones eran tan lentas, que el tiempo de exposición podía controlarse cortando la luz con una simple gorra o con la tapa del objetivo.
Conforme aumentó la rapidez de las películas, los cortos tiempos de exposición obligaron a construir obturadores cada vez más rápidos formados por resortes y laminillas con mecanismos complejos, similares a los de relojería. Los obturadores de las cámaras más modernas están controlados por osciladores electrónicos de cuarzo o de niobato de litio.
En las cámaras actuales prácticamente sólo sobreviven dos tipos: el obturador central y el planofocal.
El obturador central lo encontramos en las cámaras de formato 110 y 120 mm. de doble objetivo: las clásicas Rollei, Hasselblad, etc.. Consta de una serie de laminillas en el interior del objetivo, que a la vez hacen la función de diafragma y se abren desde el centro hacia los bordes, durante el tiempo fijado y a la abertura elegida. Tienen la ventaja de poder sincronizar con el flash a todas las velocidades, aunque no suelen sobrepasar el 1/500 de segundo, y encarecen y complican los objetivos, al tener que llevar cada uno su propio mecanismo de obturación.
El obturador planofocal: Es el más avanzado entre las cámaras comerciales, lo llevan casi todas las cámaras réflex de un sólo objetivo (SLR). Se denomina así por que prácticamente se halla situado en el plano focal de la imagen, directamente sobre la película.
El modelo mas común, el de cortinillas, está formado por dos láminas paralelas que corren por el plano focal a gran velocidad. A bajas velocidades, se abre primero la lámina más cercana al objetivo, y la otra corre después como un telón tapando el espacio abierto por la primera. Según se eligen velocidades superiores, los dos telones se van aproximando en sus movimientos de cierre y apertura hasta avanzar casi juntos dejando una pequeña abertura entre ellos que actúa como una pequeña linea de luz que barre el fotograma.
Este obturador sincroniza con el flash, en las cámaras más avanzadas, a sólo 1/250, aunque con luz continua puede llegar a alcanzar 1/8000. Evidentemente, estas cámaras no utilizan ya resortes, sino laminillas de aleación movidas por complejos osciladores de cuarzo. Tienen también la ventaja de estar situadas en el cuerpo de la cámara, abaratando los costes y además se puede cambiar de objetivo sin que se vele la película ya que en reposo está cubierta por las dos láminas del obturador.
Por contra, los objetos que se mueven a gran velocidad pueden aparecer deformados, es muy conocido el fenómeno de las ruedas achatadas, que ocurre al fotografiar, por ejemplo un ciclista, con obturadores de recorrido vertical, en este caso las ruedas se deforman ligeramente en el sentido del movimiento, al igual que las de los coches de dibujos animados.
El problema de sincronización con el flash, ocurre por que a partir de ciertas velocidades, las dos cortinillas del diafragma, corren tan juntas que es una barra de luz la que recorre el fotograma, entonces el rapidísimo destello de un flash electrónico con una velocidad entre 1/1000 y 1/60.000 de segundo se encuentra con que sólo puede iluminar una pequeña franja de la escena. Esto le ocurre a mucha gente que usa el flash sin preocuparse de ajustar en la cámara la velocidad máxima de sincronización. El resultado final es una foto negra con una única banda correctamente expuesta.


Existen cámaras (algunas Minoltas) cuyos flashes se presentan como capaces de sincronizar a cualquier velocidad (1/500, 1/2000 y speriores), pero no son flashes propiamente dichos, ya que su destello no es instantáneo sino contínuo (actuan como antorchas de vídeo) y debido a que reparten su potencia en el tiempo, su alcance es menor.
En la escala de obturación universal suelen aparecer al principio dos letras, B, inicial de Bulb (bulbo), para usar con disparador de cable; en esta posición el obturador permanece abierto tanto tiempo como apretemos el botón. En las escalas en que figura la letra T, el obturador se abre a la primera pulsación y se cierra a la segunda; resulta muy útil para las largas exposiciones nocturnas sin gastar pilas, aunque puede igualmente usarse la posición B con un cable provisto de tornillo de retención y los resultados son los mismos. En muchas de las nuevas cámaras este último sistema puede agotar las pilas.
Una de las velocidades de obturación ( entre 1/60 y 1/250 ) suele figurar acompañada de la letra X, esto indica que esa velocidad es la máxima velocidad de sincronización con el flash, a partir de ahí si lo utilizamos, sólo aparecerá en la foto una banda de la escena.
El resto de la escala de velocidades está formado por una serie de tiempos que se suceden duplicándose, con algunas aproximaciones, y es la siguiente:
.... 1", 1/2, 1/4, 1/8, 1/15, 1/30, 1/60, 1/125, 1/250, 1/500, 1/1000, ... 

Si comparamos esta escala con la de diafragmas veremos que cada paso en ambas, equivale al doble del valor anterior y a la mitad del siguiente.


VELOCIDAD:     1"  1/2  1/4   1/8   1/15   1/30    1/60    1/125    1/250   1/500    1/1000
DIAFRAGMA:    32   22   16     11        8      5.6       4        2.8            2           1.4          1


Para un cierto valor de iluminación, todos los pares de combinaciones que aquí figuran, tienen un valor equivalente; y para cada nivel de luz, existen tanto pares de combinaciones diafragma-velocidad como admita nuestro equipo. La elección de uno u otro dependerá del tipo de escena a tratar.
Parece obvio decir que la elección de la velocidad adecuada ha de hacerse en función de la velocidad del objeto a fotografiar si lo que queremos es congelar el movimiento. En el caso de escenas estáticas, la elección ha de hacerse teniendo en cuenta las condiciones de iluminación, y por tanto del diafragma utilizado, de la estabilidad del pulso del fotógrafo, y de la longitud focal del objetivo.
En el primer caso, la velocidad ha de ser inversamente proporcional al valor de la apertura de diafragma utilizado. Con lo que a mayor velocidad, mayor abertura y por tanto menor profundidad de campo. La elección de la combinación velocidad-diafragma tendrá que hacerla el fotógrafo en función la iluminación, del tema y del movimiento que quiera expresar en la foto.
Las vib
raciones y el pulso del fotógrafo en el instante de disparar resultan factores decisivos en la calidad de la fotografía al usar bajas velocidades. Para ello resulta fundamental saber sujetar la cámara desde el principio y aprovechar el apoyo de cualquier objeto: columnas, arboles, o incluso tumbarse en el suelo. Un método muy bueno para aprender a sujetar la cámara consiste en sujetar un trocito de espejo sobre el frontal del pentaprisma, ponerse cerca de una bombilla encendida y mirar como vibra la mancha de luz reflejada en una pared en penumbra según pulsamos el disparador en diversas posturas. Esto vale para descubrir, por ejemplo, que al disparar con la cámara en formato vertical, hay un mayor riesgo de fotos movidas. El valor de obturación más lento aconsejado, está en función del objetivo que usemos. Vamos a ver esto más despacio.
La distancia focal del objetivo condiciona la velocidad por dos motivos: por el mayor peso y vibraciones de los teleobjetivos de larga distancia focal, y por el menor ángulo de cobertura de los mismos. Pensemos, por ejemplo, que si la cámara nos vibra un milímetro hacia bajo al disparar con un gran angular, la escena que contemplamos por el visor se moverá sólo unos centímetros, mientras que con un superteleobjetivo enfocado a 100 metros, la vibración puede desplazar la imagen una decena de metros. Quiém haya sujetado a mano unos potentes prísmáticos comprenderá sin duda este efecto.
Una buena regla para saber la velocidad mínima a usar con cada objetivo 
es ajustar un valor aproximadamente igual a su distancia focal. De esta manera, con un teleobjetivo de 500 mm. no se aconseja disparar a menos de 1/500 de segundo, y con uno normal de 50 mm. a no menos de 1/60.
En ocasiones las condiciones de luz o la apertura máxima de un teleobjetivo, impiden usar velocidades rápidas, en este caso lo mejor es usar un buen trípode y, si no queda más remedio, recurrir a películas más rápidas y sensibles con la consiguiente pérdida de nitidez. En caso de apuro es posible sustituir el trípode por una chaqueta doblada o un saquito de garbanzos, y acomodar la cámara sobre ello.
El pulso del fotógrafo puede educarse hasta ciertos límites. Con la experiencia puede llegarase a disparar hasta cerca de 1/4 de segundo con objetivos menores de 50mm. Una forma fácil de ejercitarse, es colocando un cachito de espejo sobre el pentaprisma y colocándose ante una bombilla en una habitación oscura. Si se adoptan ciertas poses (como enrrollarse la correa en el antebrazo, etc.) puede verse como vibra el punto de luz, reflejado por el espejito en la pared opuesta de la habitación al apretar el obturador y así, sin gastar película pueden irse corrigiendo las vibraciones.

OBJETIVO GRAN ANGULAR
En fotografía, un objetivo gran angular es aquel cuya distancia focal es menor a la del objetivo normal, resultando un ángulo de visión mayor al de la visión humana. Se usa para vistas panorámicas, como paisajes.
Los ángulos de visión de este tipo de objetivos oscilan entre 60 y 180°. Las distancias focales para cámaras de 35mm varían entre 18 y 35mm. La luminosidad de los grandes angulares suele ser alta, llegando hasta f2.8.
Cualidades
  • Una mayor profundidad de campo en la fotografía, razón por la cual se suele utilizar en fotografía de paisajes en la que suele ser importante retratar gran cantidad de elementos a corta distancia.
  • Abarcar mayor porción de escena desde una distancia inferior (gracias a su mayor ángulo de visión), lo cual facilita al fotógrafo el poder sacar fotografías de objetos grandes desde cerca. Esto es muy habitual en fotografía de interiores.
  • Exagerar la perspectiva de los objetos, provocando una distorsión de líneas tanto más acusada cuando el fotógrafo se acerca al motivo. Esta cualidad se explota comúnmente en la fotografía arquitectónica, para revelar la grandiosidad de las construcciones humanas tomando un contrapicado con un gran angular desde cerca. Por otro lado, debido precisamente a este efecto, hay que tener precaución con los objetos que se sitúen en los bordes del encuadre, ya que quedarán "curvados" o "jalados", distorsión provocada por la curvatura de la lente.

Clasificación
En función de las distancias focales, se dividen los grandes angulares en distintos grupos:

Gran angulares de reportaje o estándar
En el formato pequeño (35mm) van entre los 28 y 35mm de distancia focal, con unos ángulos diagonales de visión comprendidos entre 60° y 65° respectivamente. Debido a su capacidad de abarcar una gran cantidad de espacio en distancias cortas, a que tienen una gran profundidad de campo y una todavía relativamente pequeña distorsión, son usados frecuentemente en la fotografía de reportaje. Con estos angulares suelen ser los objetivos bastante luminosos. Estos angulares son los más económicos y suelen encontrarse en los zoom universales (provistos en la mayoría de las cámaras).
  • Ángulo diagonal en 28 mm: 60°
  • Ángulo diagonal en 35 mm: 65°
Súper gran angulares
Son gran angulares con distancias focales menores a 28 mm y un ángulo de visión superior a 80°. Estos angulares suelen ser empleados para fotografía artística, de naturaleza e incluso de desnudos, para la consecución de determinados efectos especiales que se obtienen por su distorsión de la imagen.
Los objetivos super gran angulares más comunes son:
  • 24 mm (83°)
  • 20 mm (94°)
  • 17 mm (104°)
Ojos de pez
El objetivo ojo de pez es una forma especial de súper gran angular, cuya distorsión (a veces deliberada) se asemeja a una imagen reflejada en una esfera, alcanzando ángulos de visión de unos 180°. Se diferencian dos tipos: los que abarcan toda la superficie de exposición (película o sensor) formando por tanto imágenes rectangulares, y los que forman una imagen circular. En pequeño formato los más usuales son:
  • 15 mm (180°)
  • 7,5 mm o 8 mm (imagen circular)
  • Exot es un objetivo Nikkon de 6 mm de distancia focal y 220° de visión. Forman una imagen circular en la que incluso se alcanza parte de atrás.
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...

Shareaholic